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Por Dr. Scott Buesing, médico naturopático
En pocas palabras, la fatiga suprarrenal es sinónimo de agotamiento. Entre sus síntomas se encuentran la falta de energía, la confusión mental y el estado anímico bajo.
Se cree que la fatiga suprarrenal se produce cuando las glándulas suprarrenales no funcionan bien debido a un estrés excesivo y crónico. Las glándulas suprarrenales son glándulas del tamaño de una nuez que se sitúan por encima de los riñones. Estas glándulas son fundamentales para iniciar la respuesta al estrés, ya que liberan hormonas como el cortisol, la epinefrina y la norepinefrina.
Se sabe que las glándulas suprarrenales pueden dejar de funcionar, en muchos casos como respuesta a un estrés emocional o físico grave. La insuficiencia suprarrenal o “enfermedad de Addison” es un diagnóstico médico estándar aceptado. Sin embargo, la fatiga suprarrenal indica que las glándulas suprarrenales pueden desgastarse y funcionar de forma poco óptima, incluso sin que se produzca un colapso total.
Se han presentado argumentos a favor y en contra de la fatiga suprarrenal debido a la complejidad de la respuesta al estrés. Las investigaciones que demuestran los cambios en los niveles de las hormonas del estrés en situaciones de estrés crónico indican que la fatiga suprarrenal se puede producir. No obstante, la complejidad y la variabilidad de estos cambios pueden dificultar la evaluación, lo que contribuye a la controversia.
Los profesionales de la salud que creen en la fatiga suprarrenal utilizarán pruebas de cortisol salival -normalmente cuatro muestras recogidas durante un solo día- para evaluar la función suprarrenal. Sin embargo, la estandarización de estas pruebas entre los laboratorios es inexistente, y los factores de estrés cotidianos pueden afectar los resultados de las pruebas.
En casos de sospecha de fatiga suprarrenal, deben descartarse otras afecciones que pueden causar o contribuir a la aparición de síntomas similares, como el hipotiroidismo, las deficiencias nutricionales, las afecciones autoinmunes, la depresión, el insomnio, la apnea del sueño y la fibromialgia.
Las pruebas salivales no son forzosamente definitivas, pero pueden aportar información interesante. En general, alguien que sufre de fatiga suprarrenal ha estado sometido a niveles de estrés elevados y crónicos, y se han eliminado otras causas de sus síntomas.
Aunque la fatiga suprarrenal es un diagnóstico controvertido, el agotamiento es un estado mental-emocional bien reconocido, normalmente relacionado con la ocupación del individuo. Debido a la escasa aceptación de la fatiga suprarrenal como diagnóstico, la investigación sobre el tratamiento es limitada.
Sin embargo, las investigaciones sobre los efectos de los nutrientes y las hierbas que tienen efectos benéficos sobre la respuesta al estrés y el funcionamiento relacionado con el estrés son más sólidas. A la hora de trabajar con pacientes que sufren de fatiga suprarrenal, los cambios en el estilo de vida y el apoyo nutricional pueden mejorar la resistencia al estrés, los niveles de energía y el estado de ánimo.
Varios nutrientes ayudan a equilibrar los niveles de cortisol e influyen en la respuesta al estrés, como el ácido pantoténico, la vitamina C, el magnesio y la L-tirosina.
El ácido pantoténico, o vitamina B5, es un cofactor necesario para la producción de hormonas esteroides. Su carencia provoca una disminución del cortisol, fatiga, aumento del dolor, depresión y exceso de inflamación. Los estudios en seres humanos han demostrado que el ácido pantoténico puede favorecer y aumentar la producción de hormonas esteroides.
En un estudio realizado anteriormente con ratones a los que se les administró un suplemento de ácido pantoténico se descubrió que la duración de la vida aumentaba en un 19 %. Debido a su capacidad para apoyar las hormonas esteroides, incluido el cortisol, el ácido pantoténico se considera con frecuencia un nutriente crítico para el tratamiento de la fatiga suprarrenal.
Por lo general, cuando se administra un suplemento de cualquier vitamina B se incluyen las otras vitaminas B para ayudar a equilibrar el refuerzo. Las vitaminas B funcionan mejor combinadas en sus formas activas, ya que no es necesario que se produzcan cambios bioquímicos adicionales para que aporten beneficios.
De todos los órganos del cuerpo humano, las glándulas suprarrenales contienen algunos de los mayores niveles de vitamina C. Para producir cortisol, epinefrina y norepinefrina, las glándulas suprarrenales necesitan esta vitamina. Cabe destacar que, como respuesta al estrés, las glándulas suprarrenales segregan vitamina C en el torrente sanguíneo. Además, la vitamina C ayuda a moderar los niveles de cortisol para responder al estrés. Por lo general, añadir un poco de vitamina C adicional puede servir de apoyo a la función suprarrenal.
El magnesio es un mineral antiestrés Cuando estamos estresados, aumenta nuestra necesidad de magnesio. Lamentablemente, cuando estamos estresados, retenemos menos este mineral. En casos de estrés crónico, la pérdida de magnesio puede empeorar la respuesta al estrés. Por lo tanto, mantener un nivel adecuado de magnesio es fundamental para resistir al estrés.
Las investigaciones han demostrado que, ante distintos factores de estrés, el magnesio ayuda a reducir el cortisol elevado. Puesto que la carencia de magnesio es tan habitual, suele ser un suplemento indispensable para ayudar a combatir las enfermedades inducidas por el estrés.
La L-tirosina es un aminoácido y componente de las proteínas que actúa como precursor tanto de los neurotransmisores como de las hormonas tiroideas. Aparentemente, aumenta o mejora los niveles de energía y el rendimiento mental en situaciones de estrés. En un ensayo llevado a cabo con anterioridad, en el que se expuso a los individuos a un estrés por frío y a un nivel bajo de oxígeno, se observó una mejora del estado anímico y del rendimiento.
En varios ensayos adicionales en los que se expuso a individuos a temperaturas frías se obtuvieron resultados similares. En otro ensayo realizado con adultos jóvenes también se observó una mejora del rendimiento cognitivo y una disminución de la presión arterial al tomar tirosina.
En un estudio realizado por la Marina de Estados Unidos se descubrió una mejora del rendimiento en condiciones de estrés laboral y privación de sueño. En otro estudio realizado con cadetes militares sometidos a un exigente entrenamiento de combate también se descubrieron mejoras en el rendimiento con la administración de suplementos de tirosina.
Aunque la tirosina puede resultar útil para el estrés agudo, algunas investigaciones indican que, si se toma de forma constante, los beneficios de la tirosina comienzan a desaparecer al cabo de unas semanas. Es probable que la tirosina funcione mejor cuando se necesita, a corto plazo.
La ashwagandha es una hierba ayurvédica clásica que se ha utilizado durante miles de años para ayudar a tonificar y mantener la salud Y en los últimos tiempos, las investigaciones más recientes han seguido respaldando su uso tradicional. En un estudio reciente se llegó a la conclusión de que “los extractos [de ashwagandha] presentaron una notable actividad antiestrés y ansiolítica en estudios con animales y seres humanos”. También señalaron posibles beneficios para la ansiedad y la depresión.
En otras investigaciones se han descubierto beneficios en general para el rendimiento físico, tanto en hombres como en mujeres. La ashwagandha también parece tener un efecto constante en la reducción de los niveles de cortisol.
Otra hierba que ha sido bien estudiada para apoyar a las personas sometidas a estrés es la rodiola. Esta hierba cuenta con un largo historial de uso en Rusia y en los países escandinavos para incrementar la energía y el estado anímico. Los ensayos clínicos de la rodiola han demostrado que mejora la energía y el rendimiento mental en situaciones en las que se realizan varias tareas, además de reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y la ira. Los estudios también respaldan su uso para mejorar el rendimiento mental de las personas con fatiga.
La schisandra es una hierba china tonificante que fue objeto de estudio por sus aplicaciones clínicas en Rusia a mediados del siglo pasado. Debido a sus beneficios, la hierba está incluida en la Farmacopea Nacional Rusa y en el Registro Estatal de Medicamentos. En las investigaciones con animales se ha comprobado que aumenta el rendimiento físico en el trabajo y ofrece resistencia a numerosos factores fisiológicos de estrés. En los seres humanos, se observó una mejora del rendimiento físico y mental con efectos moderadores sobre los niveles de las hormonas del estrés.
El ginseng es una hierba china tradicional que aporta energía. Además de su largo historial de uso, algunas de las últimas investigaciones señalan beneficios para el estrés, la depresión y la ansiedad. En un ensayo reciente se descubrió que el ginseng mejoraba las respuestas al estrés de las personas sometidas a un intenso estrés laboral. En otras investigaciones se ha observado una mejora de los niveles de energía en pacientes con fatiga inexplicable.
Cualquier paciente que tenga síntomas de fatiga suprarrenal también debe reducir los factores de estrés presentes en su vida diaria. Trabajar por la noche o trabajos con exceso de viajes a distintas zonas horarias, según mi experiencia, puede contribuir en gran medida a la aparición de problemas. Las situaciones personales y laborales de mucho estrés también deben reducirse siempre que sea posible. Además, las estrategias de relajación y el ejercicio son fundamentales para ayudar a mejorar la fatiga suprarrenal.
Como en la mayoría de las enfermedades, los factores relacionados con la alimentación también son importantes. En general, las personas deberían reducir o eliminar los alimentos procesados y los carbohidratos refinados. El consumo de proteínas y grasas de calidad con hidratos de carbono complejos resulta muy útil. También conviene consumir muchos antioxidantes procedentes de las frutas y las verduras. En especial, los frutos rojos, aportan beneficios destacados.
Normalizar el horario para dormir también es clave. La melatonina es una estrategia sencilla para mejorar la calidad del sueño o para ayudar a reajustar los horarios de sueño a una franja horaria más normal según sea necesario.
Aunque la fatiga suprarrenal es un diagnóstico controvertido, no son pocos los pacientes que sufren de fatiga inexplicable, agotamiento, depresión y ansiedad. Las estrategias estudiadas para mejorar la respuesta al estrés pueden ser de gran ayuda para estas personas. Teniendo en cuenta que los suplementos incluidos son inocuos, cuando se emplean correctamente, es probable que los beneficios para el tratamiento de la fatiga suprarrenal superen cualquier preocupación sobre la controversia del diagnóstico.
Referencias:
