Si ha estado explorando modos de mejorar su salud—tal vez tratando de librarse de la neblina cerebral, de la lentitud, o del exceso de peso—probablemente haya encontrado el concepto de una limpieza del hígado, también conocida como desintoxicación del hígado. Mientras estos términos pueden evocar la imagen de un filtro obstruido que necesita ser limpiado, un hígado que funciona no necesita realmente que se le extraigan las toxinas.

La desintoxicación es en realidad una de las funciones más importantes del hígado. Solo tiene sentido cuando el hígado tiene la habilidad de limpiarse así mismo. Por lo que, si bien limpieza y desintoxicación pueden ser las palabras de moda más populares en materia de bienestar, el apoyo a la función hepática es probablemente la mejor manera de describir una dieta y un estilo de vida que optimicen la función del hígado.

Puede llamarlo como quiera. Lo importante es que ayudar a la salud del hígado es vital para su salud general.

¿Por qué focalizarse en la salud del hígado?

Vivimos en un mundo tóxico. Nuestros cuerpos tienen que hacer frente a lo que parece ser un peso de toxicidad cada vez más creciente. Estas toxinas pueden emerger en forma de pesticidas, polvo en el hogar, contaminación del aire en exteriores, químicos en la alimentación de agua, hormonas inyectadas a las carnes de animales, ingredientes artificiales en los alimentos procesados, o substancias nocivas en maquillajes, lociones y champús.

Cuando las toxinas entran al cuerpo y pasan a la sangre, estas son llevadas al hígado. Luego el hígado procede a seleccionar lo que debe salir y lo que debe quedar. Más específicamente, determina qué debe ser neutralizado y eliminado y qué tiene que tiene que dejar pasar para aportar nutrientes al cuerpo.

La eliminación de toxinas, no es solo un simple proceso de filtrado; sin embargo, la desintoxicación ocurre en dos fases:  En la fase 1, las enzimas deben ligarse a las sustancias tóxicas y convertirlas en componente seguros. Luego en la fase 2, el hígado agrega moléculas a estos compuestos para hacerlos solubles en agua (de tal manera que son más estables y fáciles de transportar).

El glutatión es uno de los mayores actores del hígado en la fase 2. Compuesto de tres aminoácidos (cisteína, glicina, y glutamina), el glutatión es usado por el hígado para unirlo a las toxinas y transportarlas fuera del cuerpo.

El glutatión es uno de los más poderosos antioxidantes que produce su cuerpo. Como antioxidante, combate los radicales libres—moléculas de oxígeno inestables que son creadas durante los procesos metabólicos normales del cuerpo. En un intento por restaurar la estabilidad, estas moléculas de oxígeno tratan de arrancar electrones de las moléculas que los rodean, y esto crea más radicales libres. Como esta actividad sigue expandiéndose, pueden ocurrir daños en las células. Se cree que esta es la vía para los efectos del envejecimiento, como así también para el desarrollo de infecciones y enfermedades, incluido el cáncer.

Como el glutatión es fabricado en el hígado, es fácil ver por qué la salud del hígado tiene que ser un objetivo principal en sus esfuerzos para mantener un equilibrio saludable. Cuando el hígado tiene que trabajar lidiando regularmente con una gran carga de toxinas, es posible que supere sus recursos. No solo las reservas de glutatión pueden escasear, sino que otras funciones del hígado pueden sufrir. El hígado tiene otros roles importantes también—producir bilis (necesaria para digerir las grasas), almacenar hierro y vitaminas, disponer de los glóbulos rojos envejecidos, y convierte el azúcar almacenada de forma tal que su cuerpo pueda usarla como energía cuando la requiera.

Maneras de ayudar a su hígado

He aquí algunos principios en el estilo de vida que pueden aumentar la salud del hígado:

Ejercicio

El ejercicio reduce el estrés del hígado, ya que la piel del hígado es otra vía de desintoxicación.  Con el aumento de la transpiración, más toxinas pueden ser eliminadas a través de la piel, reduciendo la carga puesta en el hígado.

Manejo del estrés

El cortisol es la “hormona del estrés”. También controla la homeostasis o el equilibrio del hígado. Demasiado cortisol puede alterar ese equilibrio.

Limite la ingesta de alcohol

El hígado puede descomponer solo una pequeña cantidad de alcohol por hora. Tome con moderación, es decir no más de un trago por días para una mujer de contextura normal y dos tragos por día para un hombre de contextura normal. Un trago estándar es 5 onzas (147,87 ml) de vino, 12 oz (354,88 ml) de cerveza, o 1,5 oz (44,36 ml) de licor.

Haga una dieta balanceada y nutritiva

Reduzca su ingesta de grasas trans, saturadas, e hidrogenadas, ya que aumentan su riesgo de sufrir la enfermedad de hígado graso. Las grasas saturadas se encuentran en los alimentos fritos, productos lácteos y carnes rojas (sin embargo la carne de vacunos alimentados con pasto tienen menos grasas saturadas que la de los alimentados con granos). Limite los azúcares refinados y el jarabe de maíz de alta fructosa. Debido a que este tipo de azúcares solo pueden ser procesados en el hígado, el hecho de evitarlos puede reducir la carga en hígado. Probablemente desee agregar alimentos que ayudan al saludable funcionamiento del hígado.

Alimentos y suplementos para un hígado saludable

Potenciadores del glutatión

Té verde, aceite de pescado y resveratrol contiene sustancias que activan los genes responsables de producir glutatión. Las crucíferas (como el brócoli, el repollo, y la coliflor) mejoran la producción del glutatión. El ajo y las cebollas ambos contienen azufre, necesario para fabricar glutatión.

Selenio

El selenio es un mineral que potencia la habilidad del hígado para reciclar el glutatión. Puede encontrarse en forma de suplementos o en alimentos como el pavo, las sardinas y las nueces de Brasil.

Vitamina E

La vitamina E es un importante antioxidante que ayuda a reciclar el glutatión. Entre los alimentos ricos en vitamina E se incluyen almendras, palta y espinaca.

Vitamina C

Un muy conocido antioxidante, la vitamina C trabaja con el glutatión eliminando del cuerpo las toxinas solubles en agua.

N-acetyl cisteína

la NAC es un aminoácido precursor del glutatión. Ayuda pues al hígado a reponer las provisiones de glutatión.

Ácido alfa lipoico

El ALA es un antioxidante que es también un precursor del glutatión.

Té verde

Té verde es abundante en antioxidantes conocidos como catequinas, ayudan al funcionamiento del hígado.

Alimentos fermentados

Kéfir, kimchi, kombucha, sauerkraut, y otros alimentos fermentados contienen probióticos, bacterias beneficiosas que ayudan a un sistema digestivo saludable y mantienen la mucosa intestinal. Conservar sustancias nocivas en el tracto digestivo lejos del torrente sanguíneo favorece la carga de toxinas en el hígado. Las toxinas pueden pues ser fácilmente eliminadas por las heces.

Remolachas

La betaína, una sustancia que se encuentra en la remolacha , ayuda en el proceso de desintoxicación así como también en la descomposición y en la remoción de grasas del hígado.

Vegetales de hojas verdes

Los vegetales como Kale, lechuga romana, espinaca, rúcula, coles, y radicheta tienen un alto contenido en clorofila, que aumenta la producción de bilis, ayudando a purificar la sangre, neutralizando los metales pesados, pesticidas, y químicos tóxicos que recargan en el hígado.

Lentejas

La colina, que contienen las lentejas, es usada por el hígado para preparar la grasa que será distribuida en todo el cuerpo. Al hacerlo, la colina ayuda a prevenir la acumulación de grasas en el hígado.

Omega-3

Los aceites de pescado y krill contienen ácidos grasos omega-3 considerados reductores de la grasa y de la inflamación del hígado en la enfermedad del hígado graso no alcohólico. De este modo, los suplementos de Omega-3 pueden mejorar la función del hígado y reducir la inflamación.