Los trastornos mentales son afecciones que influyen en el estado de ánimo, el comportamiento y los procesos de pensamiento. Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 8 personas tiene problemas de salud mental.

Además, los trastornos mentales afectan aproximadamente al 13 % de los niños y adolescentes de todo el mundo. ¿Los psicobióticos podrían ser beneficiosos para la salud mental? De ser así, ¿qué son los psicobióticos y cómo podrían ayudar a mejorar el bienestar mental?

¿Qué son los psicobióticos?

Los psicobióticos son probióticos y prebióticos que podrían ofrecer beneficios para la salud mental al potenciar el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Las investigaciones señalan que los psicobióticos podrían desempeñar un papel fundamental en el modo en que el microbioma intestinal interactúa y se comunica con el cerebro.

También se cree que los psicobióticos ayudan a reducir la ansiedad y la depresión y a mejorar el estado de ánimo en general, debido a los efectos beneficiosos que podrían ejercer sobre el eje microbioma-intestino-cerebro. Esta poderosa combinación de probióticos y prebióticos merece un análisis más detallado.

Probióticos

Dada la popularidad de los probióticos, no cabe duda de que habrá oído hablar de lo beneficiosas que pueden ser estas bacterias. Los probióticos son bacterias vivas, como el lactobacillus y el bifidobacterium, que al ingerirse podrían ayudar a mejorar la salud.

Alimentos probióticos

Los probióticos suelen estar presentes en alimentos fermentados como el yogur, el miso, el tempeh, el kéfir, la kombucha y el chucrut. Aunque muchas bacterias son perjudiciales y pueden ser mortales para la salud, los probióticos podrían beneficiar al organismo mediante la mejora de la función inmunitaria, la consistencia de las heces e incluso la normalización de los movimientos intestinales.

Síntesis de vitaminas

También ayudan a sintetizar vitaminas, como la vitamina K2 y vitaminas del grupo B, como el ácido pantoténico (vitamina B5), la tiamina (vitamina B1), la biotina, el folato y la riboflavina (vitamina B2).

Beneficios gastrointestinales

Las investigaciones también indican que los probióticos podrían ayudar a mejorar diversos trastornos gastrointestinales, desde la diarrea infecciosa y la colitis ulcerosa hasta el síndrome del intestino irritable y la enterocolitis necrotizante. Además, los estudios indican que los probióticos también podrían resultar útiles en otras afecciones como el eccema, la dermatitis atópica, la salud respiratoria e incluso el acné.

Prebióticos

Los prebióticos son fibras no digeribles que actúan como combustible para los probióticos. Los estudios indican que los prebióticos podrían ayudar a alterar el microbioma intestinal, reducir la inflamación de bajo grado e incluso ayudar a ralentizar el crecimiento de bacterias nocivas.

Alimentos prebióticos

Los prebióticos incluyen moléculas como los fructooligosacáridos y la inulina. Entre los alimentos ricos en prebióticos se encuentran los espárragos, la alcachofa, el plátano, la cebolla y la achicoria. Dado que el intestino delgado humano no puede digerir ni descomponer los prebióticos una vez consumidos, la microflora intestinal del colon se encarga de descomponer esta fibra.

Beneficios inmunitarios y antiinflamatorios

Cuando la flora intestinal digiere o fermenta los prebióticos, se producen unas moléculas denominadas ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Los estudios relacionan los AGCC con diversos beneficios para la salud, como el refuerzo del sistema inmunitario innato y la mejora del revestimiento intestinal. Los AGCC también podrían ayudar a reducir la inflamación y proteger contra las enfermedades crónicas del colon.

Psicobióticos y salud mental

Las investigaciones señalan que los psicobióticos, que son una combinación de probióticos y prebióticos, podrían ser útiles para la salud mental gracias a que reducen la depresión, la ansiedad y la inflamación.

Disminución de la depresión

La depresión es una enfermedad mental compleja que puede afectar no solo a la mente, sino a todo el cuerpo. La depresión se relaciona con un aumento a largo plazo de la actividad del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (HPA).

El eje HPA es una vía de combinación intrincada e interconectada entre el hipotálamo y la hipófisis en el cerebro y las glándulas suprarrenales que se sitúan encima de los riñones. Es una de las principales vías implicadas en la respuesta del organismo al estrés. Cualquier anomalía en la regulación del eje HPA podría aumentar el riesgo de sufrir depresión.

El microbioma intestinal también desempeña un papel fundamental en la depresión. Las investigaciones demuestran que el microbioma intestinal de las personas con depresión suele diferir mucho del de los adultos sanos. Otra conexión interesante entre la depresión y el intestino es la ruptura de la barrera intestinal, que se conecta al cerebro mediante fibras nerviosas.

Los estudios indican que los psicobióticos podrían desempeñar un papel clave en la mejora de la depresión al regular el eje HPA y mejorar la barrera intestinal. Por ejemplo, en un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo se comparó a individuos con trastorno depresivo mayor (TDM) que tomaban psicobióticos con los que no. Después de 8 semanas, el estudio descubrió que, a pesar de que no había diferencias dietéticas entre los dos grupos, los que tomaban un suplemento psicobiótico tenían menos sentimientos de depresión, menores niveles de insulina en suero y mayores niveles de glutatión en el plasma.

En otro estudio aleatorizado controlado con placebo en el que participaron 40 personas con depresión se observó que quienes tomaban psicobióticos junto con fluoxetina para la depresión presentaban menos síntomas depresivos que quienes tomaban solo fluoxetina.

Según otro estudio aleatorizado controlado con placebo en el que participaron adultos con trastorno depresivo mayor, los que recibieron psicobióticos presentaron menos síntomas depresivos que los que tomaron solo placebo.

Los estudios indican que los psicobióticos también pueden ser beneficiosos para regular el eje HPA en individuos sanos. En un estudio controlado con placebo en el que participaron 32 adultos sanos sometidos a estrés psicológico moderado se observó que los que tomaban la intervención psicobiótica tenían un mayor número de bacterias intestinales beneficiosas y un estado anímico más positivo. Los individuos que tomaban los psicobióticos también tenían menos sentimientos de tensión, ira, confusión y fatiga.

Reducción de la ansiedad

Las investigaciones también indican que los psicobióticos podrían ser útiles para quienes sufren ansiedad. La ansiedad es un trastorno mental incapacitante que provoca sentimientos de nerviosismo, fatalidad inminente, pánico e inquietud. Los signos físicos de la ansiedad incluyen temblores o estremecimientos, sudoración, respiración más rápida de lo normal e incluso aceleración del ritmo cardíaco.

La ansiedad se relaciona con la hormona liberadora de corticotropina o CRH, la principal hormona implicada en la regulación del eje HPA. Los estudios indican que los psicobióticos pueden ser útiles para reducir la ansiedad mediante la regulación de la CRH. En un estudio participaron 50 adultos, 30 con cáncer de laringe y 20 voluntarios sanos, que esperaban una intervención quirúrgica y se midieron sus frecuencias cardiacas y niveles de CRH en las dos semanas previas a sus cirugías.

Se eligieron al azar 20 adultos para recibir una intervención psicobiótica. Los adultos que recibieron psicobióticos presentaron menores frecuencias cardíacas y niveles séricos de CRH. También manifestaron una menor sensación de estrés y ansiedad.

En otro estudio participaron deportistas que sufrían ansiedad. Se les preguntó sobre sus niveles de ansiedad y estrés al principio del estudio y luego se les administraron psicobióticos durante 8 semanas. El estudio reveló que los deportistas que tomaron psicobióticos experimentaron una disminución considerable de la percepción de los niveles de ansiedad y estrés. También experimentaron una disminución importante de los síntomas de ansiedad que se manifiestan en el organismo, como la aceleración del ritmo cardíaco y los temblores.

En un estudio que se centró en individuos que padecían un trastorno de ansiedad generalizada o trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa o la bulimia se descubrió que se producía un cambio importante en el microbioma intestinal con la administración de suplementos psicobióticos. Los cambios en el microbioma intestinal dieron lugar a un conjunto más diverso de bacterias saludables, lo que posiblemente podría ser positivo para la salud mental.

Reducción de la inflamación

En estudios con animales en los que se han utilizado psicobióticos para tratar la ansiedad se ha descubierto que sus efectos ansiolíticos pueden ir más allá de la sola regulación del eje HPA. Los psicobióticos también podrían ayudar a reducir la inflamación del organismo.

La inflamación se ha relacionado con muchas enfermedades mentales, sobre todo con la depresión y la ansiedad. La inflamación se produce como respuesta inmunitaria a invasores extraños en el organismo. El propósito de la inflamación es librar al organismo de invasores extraños, pero la inflamación a largo plazo puede tener efectos negativos para la salud.

Los estudios indican que los psicobióticos podrían ayudar a reducir la inflamación general del organismo, en concreto la neuroinflamación, o inflamación del sistema nervioso central. Reducir la inflamación puede tener un efecto antienvejecimiento que puede ayudar a promover la longevidad.

Los psicobióticos podrían ayudar a reducir la inflamación debido a su efecto sobre el número de células inmunitarias, su función y las vías que toman en el organismo para llegar hasta los invasores extraños

Por ejemplo, en un estudio con animales se descubrió que un desequilibrio en el microbioma intestinal provocaba mayores niveles de inflamación tanto en el colon como en el cerebro. Según el estudio, la administración de suplementos psicobióticos redujo la cantidad de citoquinas inflamatorias, o mensajeros celulares, en el cerebro.

En un metaanálisis, es decir, un estudio que combina y analiza los resultados de múltiples estudios independientes, participaron personas que padecían Alzheimer o deterioro cognitivo leve (DCL) y psicobióticos. El metaanálisis reveló que los psicobióticos mejoraban la cognición tanto de los enfermos de Alzheimer como de los que padecían DCL, al tiempo que reducían los marcadores sanguíneos de inflamación, como el malondialdehído y la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR de alta sensibilidad).

Los psicobióticos podrían ayudar a disminuir la inflamación al reducir la cantidad de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno en el organismo. Las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno contribuyen considerablemente a los daños causados por los radicales libres o el estrés oxidativo. Además de causar estrés oxidativo, también influyen en el aumento de la inflamación en el organismo al afectar a las proteínas y a las funciones celulares.

Según un estudio, los psicobióticos podrían aumentar la cantidad de bacterias beneficiosas en el intestino y reducir la inflamación del organismo al actuar como eliminadores de radicales libres y disminuir el estrés oxidativo.

Conclusión

Los psicobióticos son posiblemente uno de los agentes más eficaces en lo que respecta a la salud intestinal y mental. Las investigaciones indican que los psicobióticos pueden desempeñar un papel importante en la mejora de la depresión, la ansiedad, el estrés, la cognición y la inflamación. La extraordinaria combinación de probióticos y prebióticos, conocida como psicobióticos, puede contribuir de forma eficaz a la salud mental.

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