El propóleo es la sustancia resinosa recogida por las abejas de los retoños y cortezas de los árboles, especialmente álamos y coníferas. Las abejas utilizan el propóleo junto con la cera de abeja para construir la colmena. El propóleo realiza actividades antibióticas que ayudan a la colmena a bloquear los virus, las bacterias y otros organismos. Las preparaciones comerciales parecen conservar estas propiedades antibióticas. Además, de acuerdo con pruebas de laboratorio y estudios con animales, el propóleo ejerce algunas propiedades antioxidantes, de protección del hígado, antiinflamatorias y anticancerígenas.

¿Qué hay en el propóleo?

El propóleo contiene proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y fitonutrientes como los flavonoides. Por esta razón, algunas personas emplean el propóleo como un complemento dietético general, aunque harían falta grandes cantidades de esta sustancia para aportar cantidades significativas de estos nutrientes.

¿Qué hace el propóleo?

El propóleo podría estimular el sistema inmunitario del cuerpo. Este efecto podría explicar por qué los extractos de propóleo tal vez sean útiles a la hora de proteger contra la reducción de la duración del resfriado común. En un estudio doble ciego realizado en Polonia, en 50 pacientes con resfriado común, el grupo que tomó extracto de propóleo (cantidad no expresada) se volvió asintomático mucho más rápidamente en comparación con el grupo del placebo.

Las propiedades antimicrobianas del propóleo también podrían ayudar a proteger contra las infecciones parasitarias del tracto intestinal. Un estudio preliminar de niños y adultos con giardiasis (una infección parasitaria intestinal común) realizado en Cuba mostró una tasa del 52 % de eliminación exitosa del parásito en niños y del 60 % en adultos en aquellos que tomaron extracto de propóleo (cantidad no expresada). Sin embargo, estos resultados no son tan impresionantes como los logrados con medicinas convencionales contra la giardiasis, por lo que el propóleo no debería utilizarse en solitario para esta enfermedad sin consultar antes a un médico acerca del tratamiento médico disponible.

El uso tópico del propóleo con pomadas y cremas es algo prometedor en varias aplicaciones, incluyendo el herpes genital, la cervicitis y la artritis reumatoide. En el estudio en herpes genital, noventa y nueve hombres y mujeres con infecciones recurrentes de herpes simplex (VHS tipo 2) aplicaron una pomada que contenía propóleo, Aciclovir o un placebo (vehículo). El tratamiento comenzó en la fase de ampollas. El proceso de curación pareció ser más rápido en el grupo de propóleo, ya que el 24.º día, 24 de los 30 individuos del grupo de propóleo se habían curado, en comparación con los 14 de un total de 30 del grupo del Aciclovir y los 12 de un total de 30 del grupo del placebo.

Estudios preliminares en humanos y una prueba controlada concluyeron que el enjuague bucal con propóleo fue eficaz a la hora de curar heridas quirúrgicas en la boca. En pruebas de laboratorio, el propóleo también ha demostrado una actividad considerable contra las bacterias y levaduras asociadas a la caries, la gingivitis y la enfermedad periodontal, pero un estudio en humanos demostró que el propóleo no era mejor que un placebo en cuanto a inhibir la formación de la placa dental.

¿Qué tipos de productos de propóleo existen?

El propóleo está disponible en forma de extracto líquido, así como en cápsulas y tabletas. También existen cremas y aerosoles de uso tópico que contienen propóleo.

¿Cuál es la dosis recomendada?

La dosis recomendada típica para uso oral en cápsulas y tabletas es de 500 mg una o dos veces al día. Para uso tópico, siga las indicaciones de la etiqueta.

¿Hay efectos secundarios o interacciones?

En general, el propóleo se tolera bien. Sin embargo, como otros productos de las abejas (p. ej., polen y jalea real), pueden producirse reacciones alérgicas. Las reacciones alérgicas posibles a la jalea real y el polen pueden oscilar entre muy ligeras (p. ej., malestar intestinal ligero) y más graves, incluyendo asma, anafilaxis (shock) e incluso la muerte en personas extremadamente alérgicas a los productos de las abejas. Utilícelo con cautela si es alérgico al polen de abeja, a la miel o a las coníferas y al álamo. Como los efectos del propóleo durante el embarazo y la lactancia no se han evaluado suficientemente, no debería utilizarse en esos períodos, a menos que lo indique un médico.