Los preparados de enzimas proteolíticas (o proteasas) son sin duda alguna unos de los suplementos nutricionales más versátiles que ofrecen beneficios notables para la salud. Los estudios clínicos han documentado que son eficaces y ofrecen una amplia gama de beneficios para ayudar a las personas con una serie de problemas de salud, entre ellos:

  • Asma 
  • Aterosclerosis
  • Trastornos autoinmunes
  • Bronquitis
  • Cáncer
  • EPOC 
  • Ayuda a la digestión
  • Enfermedad fibroquística de las mamas
  • Alergias alimentarias
  • Hepatitis C
  • Herpes zóster (culebrilla)
  • Lesiones y traumatismos deportivos
  • Insuficiencia pancreática
  • Esclerosis múltiple 
  • Osteoartritis
  • Artritis reumatoide 
  • Sinusitis

A pesar de los beneficios científicamente documentados en estas y otras enfermedades, las enzimas proteolíticas todavía están considerablemente subutilizadas.

¿Qué son las enzimas proteolíticas?

Las enzimas proteolíticas descomponen a las proteínas básicamente al añadir agua o al hidrolizar los enlaces entre aminoácidos específicos los cuales constituyen los bloques de construcción de las proteínas. Las enzimas proteolíticas individuales se diferencian en su capacidad para descomponer los diversos enlaces de aminoácidos. Cada tipo de proteasa tiene un tipo específico de enlace de aminoácidos que rompe. Algunos ejemplos de enzimas proteolíticas las comprenden las proteasas fúngicas; las proteasas bacterianas tales como la serrapeptasa y la nattokinasa; las proteasas vegetales tales como la bromelina y la papaína; y las proteasas del estómago (pepsina) y el páncreas (tripsina y quimotripsina) de los cerdos.

Las enzimas proteolíticas administradas por vía oral se absorben intactas cuando se toman con el estómago vacío, especialmente cuando se ingieren en cápsulas resistentes a los ácidos gástricos. Si se ingieren con las comidas, las enzimas proteolíticas se utilizan principalmente en la digestión de las proteínas alimentarias. Cuando las enzimas proteolíticas son absorbidas hay factores especiales en la sangre y los fluidos corporales que bloquean las enzimas para que no digieran a las proteínas del cuerpo.

Las enzimas proteolíticas ejercen una acción antiinflamatoria

Quizás el uso más popular de las enzimas proteolíticas es el de agentes antiinflamatorios naturales. Este uso está ciertamente bien documentado en la literatura médica con numerosos estudios doble ciego que muestran efectividad en el alivio del dolor y la inflamación debido a lesiones deportivas, traumatismos, esguinces y torceduras, cirugía, así como también en la osteoartritis. Sin embargo, la efectividad de los productos de proteasa en estas áreas ha llevado a lo que creo que es una limitación inconsciente de su uso clínico. Estos productos son mucho más que alternativas naturales a medicamentos como el ibuprofeno y la aspirina, ya que ejercen efectos mucho más diversos y clínicamente importantes.

Por ejemplo, los beneficios de las enzimas proteolíticas en algunas enfermedades inflamatorias parecen estar relacionados con ayudar al cuerpo a descomponer los complejos formados entre los anticuerpos producidos por los glóbulos blancos y los compuestos a los que se unen (antígenos). Las enfermedades asociadas con altos niveles de estos inmunocomplejos en la sangre se denominan con frecuencia "enfermedades autoinmunes" e incluyen enfermedades como la artritis reumatoide, el lupus, la esclerodermia y la esclerosis múltiple. También se observan niveles más altos de complejos inmunes circulantes en la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y el SIDA.

Las enzimas proteolíticas ayudan a mantener limpias las vías respiratorias

Las enzimas proteolíticas pueden descomponer el moco que obstruye a las vías respiratorias. Lo hacen al actuar sobre las proteínas de la mucina para ayudar a reducir la viscosidad (pegajosidad y naturaleza gelatinosa). Esto hace que las enzimas proteolíticas sean extremadamente útiles para ayudar a limpiar las vías respiratorias, especialmente en casos de sinusitis, bronquitis, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Al parecer, la serrapeptasa resulta particularmente útil en esta ayuda.

Enzimas proteolíticas en otras enfermedades

La lista de enfermedades que se benefician de la suplementación con enzimas proteolíticas crece de forma constante. Por ejemplo, un uso potencial es en el tratamiento de enfermedades relacionadas con los virus, incluida la hepatitis C y las infecciones por herpes simple. En un estudio sobre el tratamiento del herpes zóster (culebrilla), una preparación de enzima proteolítica administrada por vía oral fue más efectiva que la terapia farmacológica estándar (aciclovir). En un estudio en pacientes con hepatitis C, las enzimas proteolíticas demostraron ser ligeramente superiores al interferón alfa para mejorar los valores de laboratorio y los síntomas. Las enzimas proteolíticas también parecen ser muy útiles en la sinusitis y en la bronquitis agudas y crónicas, y en las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y el asma.

Dosis

Aunque los productos de enzimas proteolíticas contienen enzimas individuales, tales como la nattokinasa y la serrapeptasa, la mayoría de las veces estos productos se componen de varios tipos de enzimas para ofrecer el mayor rango de actividad y beneficio. La clave es proporcionar la suficiente alta actividad proteolítica. La potencia o actividad de las enzimas no se basa únicamente en el peso, sino en el análisis de laboratorio de su actividad enzimática. Se utilizan diferentes unidades de medida específicas para cada tipo de proteasa, basadas en el codex sobre productos químicos alimentarios. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) utiliza este trabajo de referencia como el método estándar para expresar la potencia de las enzimas. Por ejemplo, la potencia de la bromelina se basa en unidades de digestión de la gelatina (GDU, por sus siglas en inglés) después de exponer la gelatina a la bromelina en una evaluación de laboratorio.

A continuación se muestran las recomendaciones de dosificación para cada proteasa individual como regla general para medir la potencia de un producto de enzimas proteolíticas. Si se utiliza una mezcla compleja, deben esperarse niveles más bajos de cada proteasa individual. Para un uso que no sea mejorar la función digestiva, las enzimas proteolíticas deben tomarse con el estómago vacío entre comidas.

Seguridad 

Por lo general, las enzimas proteolíticas son bien toleradas y no están asociadas con ningún efecto secundario importante. Incluso en personas con función pancreática presumiblemente normal, la ingesta de enzimas proteolíticas no produce efectos secundarios adversos ni reduce la capacidad de estos sujetos para producir sus propias enzimas pancreáticas. 

Aunque no se han observado efectos secundarios importantes con ninguna de las enzimas proteolíticas, es posible que se produzcan reacciones alérgicas menores (como con la mayoría de los alimentos). 

Las enzimas proteolíticas no se recomiendan durante al menos dos días antes o después de una cirugía, ya que pueden aumentar el riesgo de hemorragia.