‌‌¿Qué es el microbioma cutáneo?

La piel es el mayor órgano del cuerpo. Funciona como la barrera física del cuerpo contra el daño de organismos extraños o sustancias dañinas. 

El microbioma cutáneo está compuesto por un medio diverso de microorganismos, como bacterias, virus e incluso hongos. La mayoría de ellos son inofensivos, y crean una relación simbiótica con nosotros, desempeñando funciones fundamentales como ayudarnos con nuestro olor e incluso fortaleciendo nuestro sistema inmunológico.

Mantener la salud de la piel y del complejo microbiano depende de los nutrientes que consumimos y del entorno que nos rodea.

‌‌‌‌Anatomía de la piel

La piel tiene tres capas, entre ellas la epidermis, que está compuesta de células cutáneas plenamente maduras y escalonadas. Constituye la primera capa de protección con millones de gérmenes que residen allí en perfecto equilibrio. 

En la capa dérmica ligeramente más profunda se encuentran las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas y los folículos pilosos, junto con pequeños vasos sanguíneos que aportan nutrientes y transportan los desechos hacia y desde la capa superior de la piel.

También contienen una amplia variedad de gérmenes, como bacterias y hongos, que producen el aroma cuando se hace ejercicio o se suda. El nivel más profundo, formado principalmente por tejido graso, es la capa subcutánea donde residen los vasos sanguíneos de mayor tamaño. Aquí se encuentran menos microorganismos, pero esta parte es fundamental para la turgencia de la piel.

La nutrición es un reflejo de la piel, ya que la piel refleja el bienestar del cuerpo. Mantener el equilibrio del microbioma es importante, ya que esta relación simbiótica ayuda a que la piel tenga un aspecto sano. La falta de nutrientes podría provocar que estos microorganismos causen más daño que bien.

‌‌‌‌Hidratación de la piel

Mantener la piel hidratada es indispensable para su elasticidad, ya que más del 50% de las células se componen de agua. La piel deshidratada puede tener un aspecto seco, escamoso y tenso. También puede provocar comezón y grietas en la piel, lo que permite que las bacterias penetren a través de una barrera intacta, provocando infecciones cutáneas como la celulitis. Además, para mantener su elasticidad y firmeza, la piel deshidratada envía señales a las glándulas sebáceas para que liberen más grasa, lo que puede provocar que los poros se obstruyan y se infecten.

Podrá saber si está bien hidratado si raras veces tiene sed o si su orina es incolora o de color amarillo claro. Es posible que algunas personas necesiten unos cuantos vasos de agua y que otras necesiten hasta 15 vasos. Todo esto depende de su nivel de actividad. El agua por sí misma puede empezar a tener un sabor insípido, por lo que los saborizantes de agua son una buena manera de añadir un toque especial a su consumo diario de agua.

‌‌‌‌Mantener la piel limpia

Tan importante como mantener la hidratación de la piel bebiendo mucha agua, también es importante mantener la superficie limpia y seca. El exceso de humedad puede producir un crecimiento excesivo de bacterias y hongos que pueden causar infecciones cutáneas localizadas. Esto es de especial importancia después de sudar, ya que la humedad presente en las hendiduras tiende a tener mucha fricción y menos acceso a la luz, lo que provoca un crecimiento excesivo de bacterias y hongos. Esto podría provocar infecciones por hongos como la tiña, la cándida de la piel y el pie de atleta, por nombrar algunos. Por eso es importante mantener seca la superficie de la piel y usar telas que absorban la humedad, como el micro-modal y el algodón.

Mantener las manos limpias también es fundamental para la salud de la piel, ya que es la forma en que accedemos y nos conectamos con el mundo exterior. También nos tocamos la cara con ellas un promedio de más de 10 veces por hora. Por lo tanto, es importante lavarse las manos con frecuencia durante al menos 20 segundos con agua y jabón antibacterial. Si no se dispone de agua y jabón, se puede usar un desinfectante de manos con al menos un 60 % de alcohol.

Asegúrese de que al usar un desinfectante de manos también use una loción humectante no perfumada, ya que el alcohol podría provocar resequedad y grietas en la piel, y luego puede provocar irritación cutánea y propiciar la aparición de infecciones cutáneas localizadas menores.

‌‌‌‌Las proteínas son importantes para la piel

El microbioma cutáneo necesita unos cimientos fuertes para prosperar. La base de la piel está compuesta de colágeno, la proteína más abundante del cuerpo humano. También es la proteína que se encarga de la estructura, la firmeza y la fuerza de la piel. Los daños normales del envejecimiento de la piel se podrían revertir mediante suplementos de colágeno.

Al ingerirse, los suplementos de colágeno podría contribuir a la hidratación y elasticidad de la piel, ya que la proteína se descompone en sus principales componentes básicos y se deposita en la piel. En comparación con el placebo, es posible que los suplementos de colágeno ayuden a disminuir la aparición de arrugas en los ojos. La ingesta diaria recomendada varía, ya que los estudios recomiendan entre 1,5 y 2,5 gramos diarios, y algunos incluso lo elevan a 10 gramos diarios.

‌‌‌‌4 antioxidantes clave para la piel

Nuestra piel está sometida a una gran cantidad de estrés oxidativo, sobre todo debido a la exposición a la luz ultravioleta, pero también a las reacciones metabólicas y a los cosméticos comunes. El microbioma de nuestra piel se mantiene en un delicado equilibrio en el que un exceso de estrés oxidativo podría provocar que la piel se deteriore y envejezca aún más rápido. Por lo tanto, es importante seguir una dieta rica en antioxidantes y llena de las siguientes vitaminas.

La vitamina C y el antienvejecimiento

La vitamina C es un componente fundamental de una dieta humana sana porque el organismo no puede fabricarla. La vitamina C se encuentra en las frutas frescas, los cítricos y muchos pimientos picantes. La vitamina C podría resultar útil en sueros tópicos, ya que es el principal componente de la proteína del colágeno que se encuentra en la piel. Podría ayudar a la decoloración de la piel y a la protección solar antienvejecimiento. Por vía oral, la vitamina C ayuda como antioxidante y podría tener beneficios en la prevención de daños a las células cutáneas causados por los radicales libres.

Efectos protectores de la vitamina E

La vitamina E es otra vitamina antioxidante que podría ayudar a combatir los efectos del envejecimiento protegiendo la proteína del colágeno, así como el tejido graso que se encuentra debajo de la capa dérmica. Se encuentra en el aceite de cártamo, el maíz, la soya y algunos tipos de carne. Las vitaminas E y C pueden trabajar de forma sinérgica y podrían ayudar a estabilizar los daños celulares que se producen cuando el organismo se expone a los rayos UV al estar al aire libre.

La vitamina A y la protección solar

La vitamina A proviene de derivados conocidos como carotenoides, entre ellos el betacaroteno, el licopeno y el retinol. Son antioxidantes extraordinariamente eficaces y se ha demostrado que protegen contra los daños causados por el sol. El betacaroteno se encuentra en las zanahorias, las calabazas, las batatas, los mangos y las papayas. Los suplementos de betacaroteno podrían ayudar a reducir la gravedad de las quemaduras de la piel después de demasiada exposición al sol. 

El licopeno, a diferencia del betacaroteno, se encuentra en las frutas de color rojizo, como los tomates, las sandías u otras frutas rojas. Al exponerse a un exceso de luz ultravioleta, el licopeno es el primero en destruirse, por lo que tomar un suplemento que lo contenga podría ayudar a prevenir mayores daños por el sol.

El retinol es otro carotenoide importante para el cuerpo humano, ya que el cuerpo no lo puede sintetizar. Es esencial para el crecimiento de células cutáneas nuevas y para el mantenimiento de las capas superiores de la piel. En la dieta, se encuentra en alimentos grasos, como la leche, la yema de huevo, el queso y el queso graso. Tanto las variantes orales como las tópicas del retinol podrían ayudar a evitar el envejecimiento avanzado de la piel que puede producirse con demasiada exposición al sol.

La vitamina D y la inflamación

El cuerpo humano puede producir su propia vitamina D principalmente a través de la exposición al sol, ya que la piel es el lugar más importante para su síntesis. La vitamina D cumple muchas funciones en el cuerpo humano, entre ellas ayudar a la respuesta inmunológica y regular la inflamación.

A medida que el cuerpo envejece, disminuye su capacidad para producir vitamina D y, por lo tanto, resulta fundamental la administración de suplementos, sobre todo si se permanece en espacios cerrados durante períodos prolongados. La Academia Estadounidense de Dermatología recomienda al menos 200 UI para los adultos y una dosis más elevada de 400 UI para los mayores de 50 años. Un nivel adecuado de vitamina D no debe superar entre 10 000 y 40 000 UI al día.

‌‌Antioxidantes herbales para la piel

Se ha demostrado que el té verde tiene algunos beneficios para la salud de la piel. Se ha demostrado que las formulaciones tópicas que contienen té verde mejoran la elasticidad de la piel. También podría ayudar a prevenir los daños causados por el exceso de so

La curcumina, el principal componente de la cúrcuma, podría ayudar al organismo a superar el estrés oxidativo. Se puede añadir como especia a sus comidas favoritas, se puede beber como té con leche y se puede tomar como suplemento. Las especias que ayudan con las inflamaciones podría resultar útiles para las personas que tienen afecciones inflamatorias crónicas de la piel. 

‌‌¿Los probióticos pueden aportar beneficios a la piel?

Al igual que la microflora intestinal, el microbioma cutáneo también se mantiene en un equilibrio constante. Se ha formulado la hipótesis de que la administración de suplementos con probióticos, particularmente lactobacilos y enterococos, que son residentes naturales del tracto intestinal, podría conferir algunos beneficios para la salud del microbioma cutáneo. Los estudios demuestran que un microbioma intestinal sano puede influir en la respuesta inmunológica y reducir las inflamaciones, lo que puede ayudar a disminuir la posibilidad de contraer infecciones cutáneas como el acné, así como síntomas de otras afecciones cutáneas crónicas relacionadas con las inflamaciones.

Recuerde que el cuerpo, la piel y el microbioma cutáneo necesitan un equilibrio adecuado. Consumir una dieta sana llena de vitaminas y antioxidantes servirá para fortalecer la piel y mantener la salud del microbioma. Lavarse las manos con frecuencia permitirá que usted y sus seres queridos estén protegidos. Por último, recuerde que debe mantener seca la superficie de la piel mientras la hidrata para que tenga un aspecto joven y sano.

Referencias:

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